viernes, 6 de febrero de 2015

Algo bueno por decir

Este domingo pasado recibí de una querida y vieja amiga a la que veo muy ocasionalmente por razones de geografía, pero con quien mantengo comunicación regular por uno u otro medio, una noticia que me dejó, muy a pesar de su siempre característico positivismo, con asombro y desazón, pues le fue detectado cáncer in situ en el seno izquierdo - afortunadamente y dentro de lo penoso de la noticia -  con un excelente tiempo para que sea tratado y erradicado de raíz. Este lunes pasado fue intervenida y ahora ya está en casa. Hablamos anoche por más de media hora y el buen humor, el positivismo y los planes futuros, fueron los protagonistas de nuestra charla.
Cuando estábamos por colgar, le recordé que la quiero. No estoy dejándome llevar por la situación actual, aunque sin duda ésta me hizo reflexionar que escasamente se lo he dicho, aunque siempre lo he sentido. No la quiero o creo quererla por haber estado (porque ya lo considero tiempo pasado) convaleciente o porque imagine que con ello, mi amiga se sentirá mejor (si así sucede, me alegra mucho, aunque ella se escuchaba de maravilla), la quiero por muchas cosas y sumo a ello que nunca olvidaré cuánto aligeró mi vida al llegar muy joven a vivir sola a una ciudad que no conocía; su inmediata disposición y amistad hicieron fácil mi estancia por más de un año. Ella es una mujer sumamente graciosa, fuerte e independiente, pero dulce a la vez, pensante, culta, tenaz, positiva y muy sencilla. Espero me esté leyendo y sepa lo que opino de ella (como seguramente mucha gente lo hace).
Mi reflexión esta semana, es simple y directa: si quieres a alguien y se lo dices, me alegro mucho por ello… pero si de vez en vez (favor de no esperar a que pase un lustro) sumas a la comunicación con quienes tienes cerca y aprecias de verdad, algunos adjetivos positivos que les caractericen (reales, no someros) podrás deleitarte con la sonrisa de sus semblantes, la dulzura de sus voces – si no están junto a ti- o la brillantez de sus ojos y ¿ sabes qué ? además de ello, fomentarás la continuidad y el fortalecimiento de sus virtudes.                 Imagina un suéter que los demás alaban cuando lo usas… deseas portarlo más ante diferentes grupos de personas ¿cierto?.
Entre nuestro maravilloso libre albedrío se encuentra el elegir qué comunicamos: podemos herir, molestar o incomodar, pero igualmente, podemos motivar, agradecer, alabar y glorificar. Lo que expresamos (verbal o literalmente) no es únicamente lo que pretendemos decir, sino la fotografía de lo que tenemos en nuestro interior y que es parte de nosotros. 
Para despedirme de ustedes esta semana, invito a quien desee hacerlo, a llevar a la práctica algo similar a lo que el siguiente video muestra  (atinadamente compartido por una amiga a quien le agradezco la acción y a quien por cierto, desde que conozco, sólo le he escuchado palabras positivas): http://www.youtube.com/watch?v=-OBgdoAmuwI
Aquí va mi halago sincero: bendita humanidad en la que aún predomina el bien sobre el mal, te abrazo con cariño.

Mone
Dic, 2012


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