viernes, 19 de diciembre de 2014

No eres tú... soy yo

Hoy deseo hacer una tregua contigo: te libero de mis intenciones, te dejo ser y hacer ( o no hacer) , sin pesar ni titubeos. Prometo dejar de añorar que seas la persona que no eres. Comprendo hoy, que este innecesario gasto energético que mi cuerpo, mente y espíritu solían experimentar al escuchar tus querellas y hacer vanos esfuerzos por contrarrestarlas, han atentado parcialmente con el sagrado concepto del libre albedrío, perturbando, por si fuera poco, mi necesidad de digerir y razonar, de hallar la lógica donde no la hay… por lo menos no la colectiva. Bien se dice que el sentido común es a veces, el menos común de los sentidos.

No eres tú, soy yo… tú no eres el victimario y mucho menos, la víctima. Eres quien has decidido ser y estás donde tu voluntad desea. Soy yo y sólo yo quien quiso creer que necesitabas un empujoncito para “salir del bache”, sin leer entre líneas que ese bache es, en realidad, tu conveniente hogar, el terruño que justifica lo que no has hecho, lo que no tienes y el cambio que nunca harás.

No eres tú, soy yo… soy quien ha intentado boicotear tus planes por hacer de la queja un deporte y de la inacción, una disciplina. Te libero y me libero del afanoso anhelo por entregarte una llave de lo que creía tu libertad. Estás preso en tu propia celda porque así te refugias de ti; ambos sabemos que no hay más reja que la que sostienes en tus manos y que es entonces la razón por la que éstas -ocupadas inútilmente- no pueden hacer más. Lo acepto y no te aparto de tus planes, continúo y encauzo mi energía a donde provechosamente corresponde.




No eres tú, mujer, hombre, individuo …  soy yo… yo que creí que para ti, al igual que para mí, el vocablo SÍ, significaba SÍ, NO, significaba NO y un “ me comprometo ” connotaba tu formal acción, voluntad y honorabilidad. No eres tú, soy yo… yo, que vivo en un mundo en el que un “ me interesa ” es la antesala verbal de quien se dispone a indagar más; que un “ no, gracias ” es la rúbrica honrosa y práctica de la sensatez y el respeto al tiempo de los otros. No eres tú… soy yo… yo que me siento parte de un planeta - a veces no sé si virtual -  en el que el saldar una deuda, agradecer un favor, cumplir un trato, saludar al llegar, presentarse en una cita, despedirse al salir, acusar recibo , mantener una promesa, votar para exigir, responder un mensaje de solicitud, gratitud o cortesía, confirmar asistencia, comunicar demora o ausentismo, decir “salud” si el de al lado estornuda y responder “gracias” a quien nos dice “salud" son, entre otros,  actos apenas primarios e inherentes, automáticos y cotidianos de mis “ cualquiera” y con los que he vivido desde que tengo uso de razón.



Mi pasaporte y el tuyo, quizá enuncien que nacimos en el mismo lugar, o tal vez no, pero es evidente que el qué no es el cómo y que el mismo dónde no es el “somos”.  

Desde luego, cohabitante de este mundo terrenal, yo mantengo esperanzas, como muchos millones, en un mundo mejor, en más gente morando en la congruencia e idealmente, en la  evolución constante, pero si no, por lo menos, en el autorreconocimiento del “soy porque así decido”. Es por tanto que, si vienes de nuevo a mí, sugiero lo hagas sin hablarme entre líneas, sin quejas añejas o llantos estudiados. Si quieres algo, demuéstralo… si no lo quieres… vive feliz y libera tu ser, con pensamientos, hechos y palabras, circulando en la misma carretera.

No eres tú… soy yo. 

Abrazo interplanetario.


Mone

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Ya la hice ?

Quienes crean genuinamente que en este plano terrenal todo sucede por algo, están quizá reduciendo los pasos que faltan para llegar a un destino no físico bautizado como “ expansión de conciencia ”: creo sin embargo, que para que ese paso sea de una longitud mayor, haría falta modificar una preposición de la frase y creerla - no sólo cambiarla gramaticalmente -, dejándola como todo sucede para algo… aquí participa entonces, una misión (alguien me hizo ahondar más en este concepto) y no sólo un hecho aislado

Estoy regresando de un viaje a Arizona. La tradicional pregunta,  ¿ para qué ? tiene dos MUY distintas y distantes respuestas: la del inicio del viaje y la de la culminación del mismo. Originalmente, hubiera contestado “viajo para dar una conferencia de prosperidad a un grupo de mujeres latinas, pertenecientes a una organización, a la que acertadamente se le atribuye el objetivo de empoderamiento/ edificación al género”… y la de vuelta, que escribo, como todo esto, desde el avión en que -con el favor de Dios - llegaré a casa, para decir “ fui para crecer, para aprender, para nutrir mi espíritu y para dar mayor sentido a lo que conocemos como vida, aquí, ahora. Fui para urgir mi deseo de trascendencia y hacer algo más, algo grande, algo que hasta hoy aún no he hecho.”




Conocí a más de 50 mujeres - mexicanas en su mayoría - heroínas de su historia personal, todas ( y tal vez no lo saben ); ellas, no así los documentales, películas y/o  toda fuente que provee historias ( reales o fantásticas ) para paliar la creencia de que “ nos sensibilizamos más y valoramos más”, crearon una revolución en mi YO interior e hicieron, sin previo aviso ni permiso, que subraye el deseo de expandir mi conciencia, en donde el prejuicio no tiene cabida, el currículum escrito de cualquiera (los estudios, carrera profesional, manejo de idiomas y una serie de “agregados” lindos, pero al fin “ornamentales”) carece de relevancia y las grandes “hazañas” que creemos haber realizado, son acaso pequeños logros que nos tienen aún en la larga fila de espera para llegar apenas, a la enorme antesala de los EXTRA-ordinarios.

Creía yo que con la conferencia haría un aporte: vaya sorpresa inversa !. Regresé con equipaje triplicado, con maletas cargadas de pensamientos y nuevos retos, de responsabilidades e introspección… de filosofía y preguntas por responder.

Hoy creo sin titubeos que quien tiene instrumentos y compone una fácil melodía, quien tiene cincel y esculpe una figura sin forma, quien tiene cemento y construye someramente un muro, carece de mérito y no se le puede reconocer por su obra. Por qué digo esto ? porque mi vida ha sido fácil… 
Porque yo conozco el desierto por vacaciones, no porque fuera la ruta a seguir a pie, corriendo día y noche para cruzar a un país “ mejor” con un bebé en brazos, porque tengo por padres a unos guías, proveedores y amigos amorosos que se hicieron cargo de mi formación desde el día 1 de mi existencia, porque conozco el maltrato sólo en la falta de cuidado de algún juguete, no en mi persona, porque he estado en largas filas de gente, quizá por entrar a un teatro o renovar un pasaporte, no por conseguir comida gratuita para alimentar a los míos, porque sé de abusos sólo cuando como en exceso o me desvelo mucho, porque he estado en deudas, sólo de gratitud, no de dinero para comer o vivir, porque el stress se ha suscitado sólo por falta de tiempo o proyectos pendientes, no por encontrar qué más hacer para ayudar a un hijo adicto a salir de esa cueva sin luz, porque el único abandono lo sentí cuando mi perro se perdió, no cuando el padre de familia se fue sin dejar rastro, porque la pérdida más grande ha sido dejar mi patria atrás y no una hija que a los 18 años dejó este mundo intempestivamente…  por eso y más, quiero ser MUCHO mejor persona y crear una obra digna de  retribución a Dios, a la vida misma.



Perdón mil veces por confundir pobreza con una casa, linda pero no tan grande como otras, cuando niña, por sentir miseria cuando no me dejaban pedir refresco en algún restaurante o desdicha por el auto heredado y un tanto “ viejo” para ir a la universidad. Perdón por creer que tenía un mal padre cuando reñía con él de adolescente y por juzgarme poco amada por un marido que es más fondo (hechos), que forma (palabras)… perdón.
Con lo que SOY ( no ornatos ), con lo que tengo ( no materia ) y con lo que he vivido ( no logros ), comprendo que no puedo sentir, ni siquiera cerca, que “ ya la hice ”… por el contrario: siento ahora que estoy más lejos que nunca de los EXTRA-ORDINARIOS, pues,  citando a José Ingenieros en su obra “ El hombre mediocre ” : 

“Jamás fueron tibios los genios, los santos y los héroes ( los extraordinarios ). Para crear una partícula de Verdad, de Virtud o de Belleza, se requiere un esfuerzo original y violento contra alguna rutina o prejuicio; como para dar una lección de dignidad hay que desgoznar algún servilismo. Todo ideal es, instintivamente, extremoso; debe serlo a sabiendas, si es menester, pues pronto se rebaja al refractarse en la mediocridad de los más.”
Hoy cierro mi pequeño y aligerado archivo de lo que hasta ahora había creído como “triunfos”  ( caricias banales al ego que se concretan en logros materiales, eventos de 'gran' esfuerzo, evaluaciones “altas” de distinta índole, acciones voluntarias - promedio, normales - a la comunidad ) y me pongo a trabajar más en la conciencia colectiva, para llevar a la mía a lugares inimaginables, en los que TODOS somos UNO y en donde la frecuente presencia de las redes sociales, los “ likes”, las audiencias, las medallas, diplomas y preseas son insulsas y se vuelven apenas parte cotidiana de la medianía del hombre - del maestro Ingenieros, - quien acertadamente expresa:

La magnitud de la obra genial ( extraordinaria) se calcula por la vastedad de su horizonte y la extensión de sus aplicaciones.
Hoy me siento como un polvo flotante del cosmos, pero pasaré de ahí, lo tengo por seguro; espero y deseo que todos aquellos que al enfrentarse a los silencios de la noche, esos que preceden al sueño y que cuestionan sin tapujos ¿ qué hiciste hoy para convertirte en un ser extraordinario ?  anhelen tener respuestas reales, contundentes y de peso para la humanidad.

                


Gracias infinitas y deseos de conciencias expandidas,

Mone

domingo, 10 de agosto de 2014

El dulce encanto CUARENTÓN


…  que es un soplo la vida, que veinte años no es nada …

Al abrirse las puertas, sentí como si una mano suave y firme a la vez, empujara a mi cuerpo sin mayor remedio que entrar ahí. No había marcha atrás, subí el ascensor y llegué al cuarto piso… dejé el tercero con amor y entonces agradecí diez años de gratas vivencias, de provechosas experiencias y de la continua presencia de Dios. Dije a mis treintas  “adiós” y en un mental resumen escueto, concluí que fui preparada para mucho y que aún me espera más. Comienzo los 40 jubilosa, repasando en introspección, qué soy, quién soy, cómo he evolucionado; encuentro mucho:

Con 4 décadas de vida, aprendo a decir NO, con amor y sin culpas; decido mi camino pero acepto sugerencias, conozco la plenitud al hacer lo que amo y no sólo al amar lo que hago, decido qué leer y cuándo escribir, filtro amistades y permanezco con los amigos, exculpo al pasado y enmiendo el presente, acepto a mi cuerpo, amándolo genuinamente, reincido en el amor a Dios por sobre todas las cosas. Elijo qué comer con conciencia y placer, sin contar calorías, pero sí mordidas. Bebo sólo agua, vino y café, me baño con calma y reparo en el agua que limpia mi piel, mientras agradezco la calidez y la espuma, la toalla suave y un rato conmigo. Acepto halagos sin sentirme presuntuosa, duplico las acciones que generan una sonrisa en el prójimo, sin desgaste y con voluntad. Me alejo de las modas por aceptación y me quedo con algunas, por convicción. Ahorro como siempre, pero invierto en mí plácidamente. 

Me procuro, me consiento y me despeino con el viento.

Estoy aquí, viva y vibrante. No he plantado un árbol ni terminado de escribir un libro… tener un hijo ha amansado la ansiedad de esos pendientes; soy agua, aire, fuego, tierra… me adapto si es preciso, cambio y giro con el mundo, ya no opongo resistencia, me siento bien , me gusto, fluyo. 

Miro mi cara en el espejo: ni presumo ni rechazo los sublimes pliegues que aparecen en las comisuras de mis ojos: ellos guardan risas y sonrisas, asombros y alegrías… 
Escucho más y pongo especial atención a las señales divinas: desde un pájaro postrado en la cornisa de mi ventana, hasta una llanta que se poncha y no permite que llegue a tiempo a mi destino. Vuelvo a agradecer y me siento bendecida. 

Pruebo - si no es nocivo - todo aquello a lo que por inercia solía decir NO sin conocerlo siquiera. Me doy cuenta que la lista de disgustos se reduce y la de placeres se amplía. Bendigo las mañanas, las tardes y la lluvia. Doy gracias por tener abrigo.

Reviso las imágenes de mis recuerdos y desecho las que no agregan valor alguno; me pregunto inclusive si fueron hechos reales o verdaderamente transgredidos porque así me convino en su momento. Permanezco con todo lo demás y entonces sonrío sola. Estoy de buen humor.

Me inspiro y escribo… y mientras eso hago, volteo a ver mis dedos, mis manos, mis brazos. Me doy cuenta otra vez de lo afortunada que soy, de lo completa que me encuentro y de la salud que gobierna mi ser… estoy lista para vivir diez años de nuevas aventuras y aprendizajes, para algún día ascender al piso de arriba y decir de nuevo “ ...y aquí viene lo mejor ”.

Gracias Dios, por el milagro de vivir.

Mone





domingo, 16 de marzo de 2014

TE PIDO UN ABRAZO PARA ENRIQUE

Durante varias horas he estado sentada frente a mi computadora,  triste y carente de inspiración. Llevo tres conatos de lo que pretende ser un texto excepcional que llegue hasta el fondo de sus corazones … y no logro encontrar el camino,  pero como el tiempo no está a favor, haré lo que mejor pueda, con la ayuda de Dios. 

Hoy recibí la noticia de que un amigo de apenas 41 años de edad, fue diagnosticado con lo que en español se conoce como ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), mejor conocida como la enfermedad de Lou Gehrig. 

La verdad, ideé en principio acudir al tradicional método descriptivo en el que los llevara de la mano a conocer los pormenores de tan espantoso padecimiento, para rematar con las inigualables características de Enrique, apelando a sus más nobles sentimientos y convencerles de que se trata de algo horrendo, atacando a alguien estupendo. 
No lo haré, pierdan cuidado. Ni la enfermedad merece un homenaje al describir sus características , ni el amigo de tantos y tantos merece un pobre atributo a su persona, con el uso de las ahora limitadas palabras. Su esposa y dos hijos, igualmente, merecen mi más profundo cariño y respeto.

Si por cuenta propia y a las alturas de este texto, ya investigaron (como es normal) qué es ELA, comprenderán que, al igual que decenas de amigos, familiares y conocidos maravillosos que rodean a esta familia,  siento un infalible impulso por abrazar a sus cuatro integrantes, con hechos contundentes, más que con palabras de aliento o apapachos físicos, que, aunque son fascinantes, no propician cambios más drásticos a este caso.

Desearía tener un GPS mágico que me guiara al interior de cada uno de ustedes, de su bondad natural y pedirles que, si bien no podemos curar a Enrique ni cuestionar los planes de Dios (que, por difícil que hoy pueda comprenderse, son perfectos),  sí podemos hacer mucho para que un padre, una madre y dos hijos pequeños, permanezcan el mayor tiempo posible juntos y razonablemente provistos de lo esencial. 

Soy apenas una arenilla en el desierto con estas letras… pero añoro, como muchos más, que se junte una pequeña playa en la que esta familia pueda pisar y sentirse acogida. 

Aquí la liga creada por gente estupenda, en un website profesional de recaudación de donativos     ( cantidad libre) para que, si pueden y quieren, abracen, como muchos, a Enrique y familia.  Al ABRAZAR a OTROS, abrazamos a Dios. No tengan duda.


Su pensamiento positivo ( además o en vez de donativo)  y compartir esta liga, son de enorme ayuda también.

TODOS SOMOS UNO SOLO.

Gracias, muchísimas gracias desde ya.

Mone

martes, 4 de marzo de 2014

El amor en tiempos de la red


Desde siempre he expresado antipatía por el uso desmedido de las redes sociales, de los mensajes escritos en los equipos móviles, de las conversaciones virtuales por encima de las personales y entonces, en consecuencia, me he considerado absolutamente escéptica de la autenticidad de las relaciones ( de cualquier índole ) que se conforman a través de uno de estos medios. Abiertamente reconozco que he tachado de irracional, fatuo, fantasioso y absurdo, el hecho de que dos personas se “ conozcan “ a través de lo que conocemos como “ la red “, sea cual fuere la herramienta de enlace ( juegos, chats, foros, etc ), reservando un punto a favor de las páginas especializadas para citas, si consideramos que en ellas el fin está justificado por el medio: tras un criterio detallado de búsqueda especializada, dos personas pueden llegar a conectarse personalmente, con la ayuda de un más amplio espectro del que el individuo mismo tenía en su entorno. Además todo concluye, si se cumplen las expectativas iniciales, por lo menos en un encuentro personal. 

Hoy, bajo la previa autorización de la autora de este relato, me permitiré compartirlo a ustedes, reconociendo con humildad, que no todo puede ser blanco o negro y nada más. Hay matices intermedios y esta vez, con toda franqueza, mi crítico interior enmudeció un poco tras escuchar la historia platicada por una boca que no dejó de sonreír. 

A mi chispeante confesora la llamaremos simplemente “ Lita ”, quien es casada, con hijos y goza de una vida armoniosa y económicamente confortable.
Lita es una mujer siempre ocupada y con escaso tiempo para socializar. Su esposo e hijos, las impostergables labores domésticas, su trabajo ( el cual realiza más como obra social ) y sus mascotas, demandan 18 de las 24 horas que el día tiene. El trajín de su vida y los años que pasan convierten en rutina lo que alguna vez fue novedad y han hecho que Lita, como la mayoría de las mujeres con estas comunes características, tenga un ritmo lineal en su día a día y las emociones fuertes no se crucen de forma recurrente a su paso. 

Hace no mucho tiempo, Lita ingresó a un foro de esos temáticos que hay en internet por millares,  para disipar una duda técnica que tenía. Fue inmediatamente respondida por un hombre cuyo seudónimo aquí llamaré “ Caruz ”, obteniendo una amplia y especializada  respuesta a su pregunta. A partir de entonces y por un curioso intercambio de mensajes en los que la afinidad de ciertos tópicos se hizo evidente, Lita y Caruz han forjado una especie de amistad, pero inevitablemente, con un cierto "twist" de romanticismo platónico. Rara mezcla, según lo describe ella, suplicando de inicio no ser juzgada por algo que es netamente virtual y cuyos autores se encuentran a 7,048 kms de distancia entre sí.

El foro de consultas de la red fue la pista de baile inicial donde se conocieron, pero de ahí trascendió al ya más personal correo electrónico, en el que intercambiaron material de lo que cada uno hace, poco a poco describieron sus vidas y contexto sin mayor maquillaje ( por lo menos Lita así lo hizo y cree que Caruz fue sincero también) , se conocieron sucintamente por fotos intercambiadas y supieron entonces del esposo de una y de la soltería del otro, quien por cierto es considerablemente más joven que Lita.
Hoy por hoy, están también conectados por Skype (sólo se escriben en él, pero nunca han hecho uso del video) y curiosamente, por el ya famoso Whatsapp. Me sorprendí, siendo franca, de que Caruz fuera un contacto ya establecido en su teléfono celular, pues a duras penas lo somos quienes nos consideramos muy cercanos a ella. 

Lita y yo somos amigas desde niñas, por lo que si de algo puedo dar constancia, es de la  intachable  (quizá en exceso) conducta de mi amiga, a quien apenas le conocí un par de novios. Nunca fue escandalosa ni coqueta,  aunque sin duda atractiva y por ende, con gran experiencia en rechazar diplomáticamente a varios que quisieron abordarla, por no cubrir sus estrictos requisitos, para siquiera salir a tomar un café. Lo que siempre he sabido, es que Lita se abstuvo de vivir un sinfín de experiencias, propias de la juventud pre y post-universitaria.

Mientras Lita comparte su más osado secreto conmigo, aprieta mi mano y  me explica una y otra vez que se siente fuera de sí y que seguramente tan atípica euforia pasará pronto. Es claro que no es a mí a quien se dirige, sino a su desafiante conciencia, a quien Lita pretende hacer creer que no está disfrutando del todo, su mágica experiencia. Sus labios la traicionan con una sonrisa y sus ojos los secundan al destellar un brillo que delata a todos aquellos que experimentan un entusiasmo mayor que el del resto de la gente. Es como una marca indeleble que anuncia a los cuatro vientos " me siento feliz ". 

Lita y Caruz saben en el fondo que nunca se conocerán en persona. Son conscientes de sus grandes diferencias, pero hoy disfrutan sus similitudes, compartidas sólo en ese espacio que la tecnología regala, donde es posible habitar por un rato a solas o acompañado por quien uno desee, en silencio con el mundo real pero en sintonía con el interlocutor conectado. Lita me dice, con voz temblorosa “ tener mi propio secreto, Mone, es algo único. No es que esté sola, pero a veces soy de todos y no soy de mí. No busco que me comprendas. ”

Por los sistemas de audio gratuito que hoy en día acompañan a las aplicaciones de chat,  ellos ya conocen sus voces y Lita siente confianza. No se intimida, pero sí se limita un poco, tanto con Caruz como con ella misma... cree en aquello de no hacer lo que a uno no le gustaría que le hicieran y sabe en el fondo que decir de más, puede hacerla dormir intranquila en un futuro. 

Llegará pronto el día en que Caruz tenga novia nuevamente y se olvide parcial o totalmente del espacio de complicidad con  Lita, como es natural; Lita entonces volverá a su ritmo estable de emociones y todo estará de vuelta a la normalidad... pero mientras eso pasa,  me confesó que este relato lo compartía conmigo, para que yo, en este pequeño espacio de expresión,  funja como intérprete de su actual sentir, para decirle a Caruz  que no hay crema embellecedora que logre los efectos que sus palabras tuvieron en ella …  y que  le gustaría tocar su mano y permanecer un rato asida de ella.
No más que eso … y yo le pregunté: “¿segura?”... y sólo se rió.

Mi abrazo fuerte para todos, pero uno especial - como de 20 segundos - para Lita y otro igual, para Caruz.


Mone